Te miraba de afuera… como esas cosas que nunca se alcanzan…

Es-(cribis) tan claro ¡claro! Sos, Clara al escribir, muy Klara.

Me encanta, no puedo evitar leerte (ni quiero) nadie es dueño de las letras que suelta por ahí… ¿verdad? Aunque algunas tienen el nombre, la sangre, el olor a ciertas personas… o partes, pedazos, de personas.

Escribiste diste, develas, desvelada, te das, diste

“Y en realidad, la iniciación es en sí misma esto, porque antes de habernos iniciado estábamos afuera mirando sin entender hacia ese lugar. (…) Es aire fresco, es vacío, es aliento para seguir. Porque cada vez que empezamos a leer, iniciamos un viaje y nos aventuramos a un mundo nuevo, (…) Sin embargo, en ese mundo, como dice Proust, estamos solos y ahora todo depende de nosotros. Éste es el viaje del lector, la travesía del iniciado.”

Brillante!

“Entonces ¿por qué no probar? ¿Por qué no elegir un libro distinto, inesperado, nuevo? Doblar la apuesta con cada lectura, andar un poco a tientas, con los sentidos a flor de piel (un recién llegado, un extranjero, un bebé). Correr el riesgo de adentrarnos y perdernos, porque en ese punto quizás podamos descubrir algo, podamos sentir y pensar diferente, podamos, al fin, sorprendernos a nosotros mismos.”

(¿éste comentario estará condenado a no ser leído a pesar de ser escrito?, ¿quizás borrado?... no importa! Siempre sabré que lo escribí!)